Respirar es un movimiento simple y natural, pero la mayoría de las veces no se hace de forma consciente. La respiración es un proceso que tiene la importancia de mantenernos vivos, pero más que eso, respirar profunda y conscientemente, como la respiración diafragmática, también puede traer numerosos beneficios para el bienestar, la salud cognitiva, además de ser un gran aliado en el alivio de los síntomas de ansiedad.
¿Qué es la respiración diafragmática?
La respuesta es simple: la respiración diafragmática ocurre cuando se respira profundamente, por lo que el aire que entra por la nariz, llena completamente los pulmones y la parte inferior del abdomen se eleva. La principal diferencia de la respiración diafragmática es la mayor cantidad de aire en los pulmones y oxígeno en el cuerpo.
En otras palabras, la respiración diafragmática es el movimiento del diafragma durante la respiración, lo que permite la expansión de los pulmones, que reciben más aire con cada inspiración. Este aire ocupa todos los pulmones, llega a los vasos sanguíneos y oxigena mejor todo el organismo, incluido el cerebro.
¿Cuáles son los beneficios de la respiración diafragmática?
En el momento en que tenemos el control de nuestra respiración y prestamos atención al movimiento corporal, garantizamos una oxigenación más completa de nuestro cuerpo, lo que trae innumerables beneficios.
Con la respiración diafragmática, comenzamos a regular nuestras funciones vitales más fácilmente, esto estimula el intercambio total de oxígeno, el intercambio beneficioso del oxígeno que entra por el dióxido de carbono que sale. Como resultado, aliviamos e incluso extinguimos muchos síntomas que afectan el bienestar.
Los principales beneficios de la respiración diafragmática son:
- Alivio del estrés y la ansiedad
- Postura corporal mejorada
- Reduce el cansancio
- Ralentiza los latidos del corazón
- Reduce o estabiliza la presión arterial
Respiración y ansiedad
Según un informe publicado por la Organizacion Mundial de la Salud en 2019, los brasileños son las personas más ansiosas del mundo. Más del 9% de la población padece trastorno de ansiedad. Pero, después de todo, ¿qué caracteriza a la ansiedad?.
La ansiedad es la reacción natural del cuerpo al estrés. Es un estado emocional caracterizado por sentimientos de tensión, preocupación y malos pensamientos. Es importante enfatizar que la ansiedad no siempre es una enfermedad. La ansiedad es un fenómeno que a veces nos beneficia y otras nos perjudica, según las circunstancias o la intensidad, y puede volverse patológico, es decir, perjudicial para nuestro funcionamiento psíquico (mental) y somático (corporal).
La ansiedad estimula al individuo a actuar, sin embargo, en exceso, hace exactamente lo contrario, previniendo reacciones.
Directamente vinculado a nuestras emociones, la forma en que respiramos refleja exactamente cómo nos sentimos, cambiando con nuestro estado de ánimo. Como resultado, muchas personas ansiosas aprenden a lidiar con este sentimiento usando su respiración para calmar el sistema nervioso.
La respiración lenta, profunda y consciente es uno de los mejores remedios para aliviar las sensaciones de estrés y ansiedad, gracias a su potente capacidad de relajación. Esta reacción se produce porque la respiración profunda estimula la liberación de ácido gamma aminobutírico (GABA), el principal neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso. Su acción en el organismo es la de un potente tranquilizante natural y ansiolítico, devolviendo la tranquilidad y el control de las emociones.
Debido a la liberación de este neurotransmisor, se recomienda ampliamente la respiración profunda para controlar los ataques de ansiedad y otros trastornos psicológicos.
3 técnicas de respiración que ayudan a reducir los síntomas de ansiedad
Técnica 1
- Siéntese erguido. Puede estar en el suelo o en una silla;
- Saque aire por la nariz, lenta y profundamente. Cuando llegue el momento de soltarse, haga un puchero con la boca, ya que esto reduce la fricción entre los dientes y la lengua para que el aire escape y hace que la respiración sea más armoniosa. Repite 10 veces.
Técnica 2
- Siéntese con la espalda recta o recuéstese;
- Coloque sus manos sobre su estómago;
- Respire lentamente, aumentando su vientre, contando hasta cinco;
- Haga una pausa de dos segundos;
- Exhale lentamente, contando hasta seis;
- Practique este patrón durante 10 a 20 minutos al día.
Técnica 3
- Con la ayuda del dedo índice, cubra la fosa nasal izquierda e inhale por la fosa nasal derecha (contando hasta cinco);
- Luego, la fosa nasal que "tiró" el aire debe usarse para "soltarlo".
- Repita el procedimiento cinco veces.