Con motivo del Día Mundial del Trastorno Bipolar, que tiene lugar el día 30 de marzo de cada año, Mujer Bipolar ha escrito una colaboración para el blog de MyTherapy donde nos cuenta sus experiencias desde que vivió el primer ataque maníaco hasta su vida a día de hoy con Trastorno Bipolar. Desde su punto de vista, podemos entender cómo ha vivido la enfermedad y las dificultades que ha encontrado a la hora de hacerle frente a los estigmas y las falsas creencias que la gente tiene sobre este trastorno. Además, te presentamos una infografía en la que recalcamos cuáles son los mitos más comunes sobre el Trastorno Afectivo Bipolar (TAB) y cuál es su respectiva realidad. A continuación, te contamos el por qué de esta infografía así como los objetivos del Día Mundial del Trastorno Bipolar y te presentamos la historia de Mujer Bipolar.
Día Mundial del Trastorno Bipolar: Desmitificando Mitos
Desde el año 2014, cada 30 de marzo tiene lugar la conmemoración del Día Mundial del Trastorno Bipolar, una campaña cuyo día fue elegido en honor al cumpleaños de Vincent Van Gogh, quien fue póstumamente diagnosticado con un posible trastorno bipolar. El objetivo de este día es básicamente la creación de conciencia sobre este trastorno de manera que la población general conozca más sobre esta enfermedad y que poco a poco, se consiga eliminar el estigma social que acompaña al TAB y a los pacientes, además de mejorar la educación y la sensibilidad que existe hacia este trastorno.
El Trastorno Bipolar en números
El trastorno bipolar afecta aproximadamente a un 5% de la población mundial, independientemente del estatus socioeconómico, religión o raza, y normalmente se diagnostica en personas de entre 15 y 30 años. En España concretamente, afecta a un 2% de la población, en total casi 1 millón de personas que viven con este trastorno.
El Reto
El estigma asociado al trastorno bipolar supone un gran reto hoy en día en muchos aspectos. Afecta a profesionales sanitarios, familiares de los afectados y evidentemente, a los propios pacientes. Pese a que la aceptación de esta condición sigue aumentando en muchas regiones del mundo, el estigma sigue siendo un impedimento a la hora de llevar a cabo un diagnóstico precoz, y, por lo tanto, supone un retraso en el acceso al correcto tratamiento. Por ello, debemos seguir proporcionando información de calidad sobre el trastorno bipolar, de manera que conozcamos la realidad de la enfermedad y acabemos con los mitos.
Nuestro objetivo
Desde MyTherapy queremos ofrecer ofrecer una infografía en la que comparamos los mitos más comunes sobre el trastorno bipolar, con su respectiva explicación. Con la ayuda y colaboración de distintos blogueros que escriben sobre su vida con trastorno bipolar, hemos logrado reunir los puntos más importantes y que más afectan a quienes viven con la enfermedad y luchan cada día por acabar con estos mitos.
A continuación, te presentamos la historia de Mujer Bipolar...
Una colaboración de Mujer Bipolar
Soy una persona como cualquier otra y tengo trastorno bipolar
Siempre me había considerado una persona muy sensata, de buen comportamiento, buena estudiante, nada conflictiva y un poco tímida. A los 25 años todavía vivía con mis padres y nos tomó por sorpresa mi primer episodio maníaco: de un momento para otro “me volví loca”, tal cual, mis pensamientos y comportamiento eran “locos”.
Fue difícil para todos, nadie sabía lo que me pasaba. No dormía, no paraba de hablar, a ratos gritaba, a ratos lloraba de miedo, a ratos me volvía chistosa y simpática, pero no era yo. A mis padres les recomendaron un psiquiatra, pero estaba de viaje, así que mientras volvía, me ingresaron en una clínica psiquiátrica.
Allí estuve creo que un par de días (no tengo noción del tiempo en esos días). El psiquiatra finalmente me vio y directamente me diagnosticó trastorno bipolar. Enseguida mejoré con la medicación y pronto pude volver a casa e ir recuperando mi ritmo normal de vida.
El episodio maníaco desde adentro
No suelo encontrar escritos sobre la experiencia de tener un episodio maníaco, aquí hablaré un poco de cómo fue el primero mío.
Las ideas iban y venían muy rápido a mi cabeza, relacionaba palabras y conceptos a toda velocidad, y me fui creando mi historia, paralela a la realidad.
Se me metió en la cabeza que todas las situaciones que se me presentaban eran pruebas, y yo debía hacerlo de la mejor manera posible. La mejor forma de pasar las pruebas era hacer lo que Dios quería que hiciera, y eso consistía en seguir mi intuición. Para mí, seguir mi intuición no era otra cosa que hacer lo primero que se me pasara por la cabeza, ya fuera actuar como si estuviera llorando, gritar con ira, quedarme callada, hacer un chiste o parecer “normal”. Esto desde afuera resultaba bastante frustrante para mi familia, que no sabía cómo iba a reaccionar en ningún momento.
“Por ejemplo, cuando me estaban haciendo preguntas para ingresarme en la clínica, pedí ir al baño y allí había una bata de médico colgada. Entonces hice lo que me dijo mi “intuición”, es decir, lo primero que se me ocurrió: me puse la bata, salí y empecé a hacer preguntas yo a la enfermera que me estaba entrevistando, como si yo fuera la doctora.”
Por ejemplo, cuando me estaban haciendo preguntas para ingresarme en la clínica, pedí ir al baño y allí había una bata de médico colgada. Entonces hice lo que me dijo mi “intuición”, es decir, lo primero que se me ocurrió: me puse la bata, salí y empecé a hacer preguntas yo a la enfermera que me estaba entrevistando, como si yo fuera la doctora.
En este punto yo me la estaba pasando pipa, pero en las noches todo cambiaba, en las noches salían todos mis miedos, miedos inventados, ilógicos, pero terribles. Paranoia de pensar que me estaban espiando, que querían entrar a mi casa o la intuición me decía que un familiar acababa de morir. Lloraba, lloraba mucho, trataba de calmarme rezando, nada funcionaba.
Esa sensación de total incertidumbre y desamparo, ese terror indescriptible es la peor sensación que me ha dado el trastorno bipolar.
No era peligrosa
A pesar de perder el contacto con la realidad, en todas mis crisis he conservado algo de mi esencia, algo de “bondad”, si se quiere. Hay algo, una línea que no paso por muy mal que esté. Recuerdo que una de las cosas que decía era: puedo desafiar todas las leyes, menos la ley de la gravedad -pensando en que no sería nunca mi intención intentar salir volando por la ventana.
El cambio de vida
Después de la crisis me estabilicé, pero mi vida cambió: ahora tenía una enfermedad para la que no había cura y de la que no podía hablar con cualquiera, para evitar prejuicios.
Mi vida cambió también porque la medicina me hizo engordar y me causaba mucho sueño.
Fue difícil aceptarlo, dejé la medicación un par de veces, terminando siempre en un episodio maníaco que me hacía volver a tomarla.
“Hoy en día tengo 39 años, un marido y 2 hijas, una carrera, 2 maestrías y un trabajo normal.”
Ser mamá: mi gran reto
Hoy en día tengo 39 años, un marido y 2 hijas, una carrera, 2 maestrías y un trabajo normal.
Los embarazos han sido todo un reto porque en ambos dejé la medicación y la tomaba puntualmente cuando la necesitaba. Allí pude valorar el alivio que resulta tener un tratamiento que funciona conmigo, una medicación que me salva de todo el horror de las crisis.
Durante mi segundo embarazo decidí empezar un blog, ya que desde que había sido diagnosticada buscaba información sobre cómo se podía llevar un embarazo con trastorno bipolar y no encontraba nada. Quise hacer el blog para expresarme y para dejar testimonio de mi experiencia, que pudiera ayudar a otras mujeres con trastorno bipolar que quisieran ser madres y a sus familiares. También pensando un poco en que la gente conozca esta enfermedad y no se estigmatice.
Cómo lidio con la enfermedad para seguir con mi vida
Las claves que he aprendido para lidiar con la enfermedad son:
- Seguir siempre el tratamiento
- Revisiones periódicas con un psiquiatra
- No abusar del alcohol
- Tener el apoyo de personas de confianza, que sepan de la enfermedad y con quienes hablar de cómo te sientes cuando te sientes raro.
- Cuando lo considero necesario, voy a terapia con un psicólogo
- No dejar que la enfermedad me defina: es una circunstancia de la vida que me tocó. La controlo con un tratamiento y de resto hago mi vida como si nada, siendo responsable, pero sin limitarme.
Espero que cada vez más vayan cayendo los mitos sobre el trastorno bipolar y se vaya educando a la gente para que algún día se pueda decir que se tiene la enfermedad sin que esto suponga ser prejuzgado.
Mil gracias a Mujer Bipolar por esta colaboración con el blog de MyTherapy y contarnos sus propias experiencias viviendo con trastorno bipolar y cómo ha evolucionado su vida desde el diagnóstico. Una gran historia que ayudará a muchos a acabar con las falsas ideas que se tienen en general sobre la vida de una persona bipolar.
Si tienes ganas de contar tu historia, no dudes en contactar con Clara
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