La psoriasis es una enfermedad crónica muy común, que puede tener un impacto importante en la calidad de vida de quienes la padecen. Durante mucho tiempo, la psoriasis fue considerada como una enfermedad que solo afectaba a la piel y las articulaciones. En los últimos años, distintos estudios han demostrado que la psoriasis es una enfermedad inflamatoria sistémica que se asocia con distintas comorbilidades. A continuación te presentamos una lista explicando las distintas comorbilidades. Muchas te sorprenderán.
Pequeña introducción
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria cutánea y crónica que no tiene cura. La psoriasis acelera el ciclo de vida de las células de la piel, provocando que estas crezcan en la superficie de la piel. Estas células extra que se forman como escamas y parches rojizos pueden ser dolorosas y causar picores. Este exceso de células cutáneas está causado por el exceso de unos químicos inflamatorios formados por células sanguíneas llamadas linfocitos T (células T).
En todo el mundo están aumentando los grupos de apoyo y asociaciones que apoyan a personas que viven con psoriasis u otras enfermedades crónicas. Esta relación entre la psoriasis y otras enfermedades se conoce como comorbilidades – un término que simplemente se refiere a la presencia de más de una enfermedad (ya sea física o mental) en un individuo. En el siguiente artículo, hablamos sobre siete enfermedades parecidas a la psoriasis.
1. Síndrome metabólico
El metabolismo es el proceso de convertir la comida que consumimos en energía para el cuerpo. El síndrome metabólico se refiere al grupo de síntomas relacionados con la interrupción del proceso metabólico normal. Estos síntomas incluyen, hipertensión, azúcar en sangre, bajos niveles de colesterol HDL en sangre, niveles de triglicéridos demasiado elevados (un tipo de grasa), o exceso de grasa en la cintura. Juntos, estos síntomas aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades coronarias y otros problemas de salud como la diabetes o el riesgo de sufrir un infarto.
Un estudio publicado en “Archivos de dermatología”, realizado en más de 6.500 participantes, encontró que más del 40% de las personas con psoriasis tienen también el síndrome metabólico, comparado con el 23% de la población general. Esto significa que las personas con psoriasis tienen el doble de probabilidades de desarrollar el síndrome metabólico.
El mismo estudio encontró que el factor común del síndrome metabólico con la psoriasis es la obesidad abdominal, por lo que son más las mujeres que lo padecen.
Además, un estudio danés encontró que las personas con diabetes tipo 2 tienen 50% más probabilidades de tener psoriasis en comparación a aquellos que no tienen diabetes. Las personas con obesidad (IMC superior a 35) tienen un 50% más de probabilidades de tener psoriasis que las personas con un peso normal.
Si tienes psoriasis, hay ciertas cosas que puedes hacer para mitigar el riesgo de desarrollar cualquiera de los síntomas asociados al síndrome metabólico. Por ejemplo, intenta mantener una presión arterial adecuada, controla con regularidad tus niveles de azúcar en sangre y trata de mantener una vida sana (comida saludable, ejercicio, etc.).
2. Osteoporosis y osteopenia
La osteoporosis y la osteopenia (falta de masa ósea) provoca que los huesos se vuelvan más finos, débiles y fáciles de romper. El término osteoporosis significa “huesos porosos”. Si se analiza bajo un microscopio, el hueso saludable se ve como un panal, pero en el caso de la osteoporosis, los espacios y agujeros que se encuentran dentro del hueso son mucho más grandes, reduciendo la densidad de los huesos, y provocando que estos se rompan mucho más fácil. Los síntomas de la osteoporosis pueden causar dolor crónico, pérdida de altitud y movilidad reducida entre otros. En el siguiente enlace puedes encontrar un vídeo e información sobre la osteoporosis.
En un estudio realizado recientemente, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Roma, se ha descubierto en un grupo de 43 personas con psoriasis que el 60% tenían también osteopenia y un 18% osteoporosis. El estudio también demuestra que el riesgo en una persona con psoriasis de desarrollar osteopenia u osteoporosis aumenta en un 5% cada año.
Por lo tanto, si tienes psoriasis, es muy importante que acudas a tu doctor de manera regular para analizar tu masa ósea y así saber qué es lo que debes hacer para mantener tus huesos saludables. Algunos medicamentos utilizados para tratar la psoriasis, como Cosentyx o Taltz funcionan a través del bloqueo de la citocina IL-17A, una proteína cuya función es proteger el sistema inmunológico que mantiene la actividad ósea en un ritmo saludable. Es por este motivo que este tipo de medicinas pueden causar pérdida de masa ósea. No obstante, aún se necesita más investigación.
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3. Enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa
Se estima que aproximadamente un 10% de las mujeres que viven con psoriasis desarrollarán una enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Entre los tipos de EII se encuentran la colitis ulcerosa y la Enfermedad de Crohn.
En la colitis ulcerosa, una persona experimenta inflamación a largo plazo, y las úlceras en el tracto del colon y del recto. En la Enfermedad de Crohn, la inflamación afecta a la zona del tracto digestivo, que normalmente se expande hasta los tejidos afectados. Ambas condiciones pueden causar diarrea, dolor abdominal, pérdida de peso y fatiga. Una EII puede ser debilitante si no se trata.
Las personas con psoriasis tienen una probabilidad mayor de desarrollar una EII. Los investigadores creen que puede deberse a una conexión genética entre las dos condiciones. El Dr. Abrar A. Qureshi, un dermatólogo de Boston, EEUU, realizó un estudio analizando las posibles conexiones entre la psoriasis y la Enfermedad de Crohn tras darse cuenta de que un gran número de pacientes tenían psoriasis y Crohn.
Como es el caso de la psoriasis, la Enfermedad de Crohn es una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo confunde su propio tejido con un intruso, por lo que ataca a su propio cuerpo. El estudio de Qureshi se compuso de 4.400 mujeres que tenían psoriasis al inicio de la investigación. Durante el estudio de seguimiento, 187 participantes habían desarrollado Enfermedad de Crohn y 236, colitis ulcerosa. Estos resultados indican que las personas con psoriasis tienen mayor riesgo de desarrollar una EII a lo largo de su vida.
Si notas cualquiera de los síntomas mencionados previamente y además tienes psoriasis, debes consultar a un gastroenterólogo cuanto antes para encontrar un tratamiento efectivo. La EII no tiene cura, pero se puede tratar de manera efectiva con medicación y con pequeños cambios en el estilo de vida y la dieta.
4. Cáncer
El cáncer se refiere a un grupo de enfermedades en las que un tipo de células específicas en el cuerpo de una persona crece de manera incontrolable, multiplicándose en una zona y expandiéndose a otras áreas del cuerpo. En un cuerpo sano, nuevas células nacen y reemplazan a las células muertas. El cáncer interrumpe el proceso natural, permitiendo a las células dañadas sobrevivir y a las nuevas las deja crecer (pese a nos ser necesitadas). Esto acaba provocando la formación de tumores.
Hay estudios que indican que las personas con psoriasis tienen un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como cáncer de pulmón, linfoma, y cánceres de piel no-melanoma. Por ejemplo, un estudio reciente llevado a cabo por el Dr. Zelma C. Chiesa Fuxench, dermatólogo en la Universidad de Pensilvania, confirmó los resultados de estudios previos en los que se identificó este tipo de cánceres con una comorbilidad de la enfermedad psoriásica.
En el estudio llevado a cabo por Chiesa Fuxench y sus colegas, los participantes con psoriasis tenían un 34% mayor de riesgo de desarrollar linfoma. Los mismos participantes tenían también un 15% más de probabilidades de desarrollar cáncer de pulmón. Para esos tres tipos de cáncer, el riesgo era mucho mayor para los participantes que tenían una forma grave de psoriasis. De todas maneras, esto no significa que si la psoriasis es más grave, el riesgo de tener cáncer sea mayor.
Los expertos siguen tratando de identificar si el riesgo de desarrollar cáncer viene en forma de psoriasis o si los tratamientos para la psoriasis causan algún efecto nocivo en el sistema inmune. No importa cuál sea la causa exacta de la psoriasis. En caso de padecerla, puedes llevar a cabo distintos pasos que te ayudarán a reducir el riesgo. Por ejemplo, protege tu piel del sol con crema solar para evitar reducir tus probabilidades de desarrollar cáncer de piel. Además, dejar de fumar o hablar con tu doctor, discutir distintos tratamientos y encontrar el que mejor se ajusta a ti.
5. Uveítis
Si estás leyendo ahora mismo, es posible que nunca antes hayas escuchado este término. Se refiere a los ojos, en inglés, (you-vee-eye-tis). En términos más simples, la uveítis es el término general para un grupo de enfermedades inflamatorias que provoca hinchazón y destruye el tejido de los ojos. La uveítis suele afectar al área de los ojos conocida como úvea, (la capa de los ojos que contiene las venas).
No obstante, estas enfermedades también afectan a las lentes, el nervio óptico, la retina y la vítrea, provocando visión reducida o ceguera, dolor, sensibilidad a la luz y puntos negros en la visión. La clasificación de la uveítis se da en el lugar del ojo donde se produzca. Puedes encontrar más información sobre esta clasificación en el siguiente enlace.
Distintos estudios indican que las personas con artritis psoriásica tienen más probabilidades de desarrollar uveítis, en comparación a las personas que viven con psoriasis. Estudios recientes indican que aproximadamente un 7% de la población con artritis psoriásica desarrollará uveítis. La uveítis suele requerir tratamiento específico, por lo que si notas algún cambio en tu vista, acude a ver a un oftalmólogo o un doctor especializado en inmunología ocular.
6. Depresión
No hace falta ni mencionar que la psoriasis puede causar estrés emocional y psicológico, incluyendo baja autoestima, vergüenza de estar en público y otros problemas del estado de ánimo como depresión. Un estudio publicado por la Revista de Reumatología, indica que las personas con artritis psoriásica tienen más probabilidades de desarrollar depresión o ansiedad, que aquellos que tienen solamente artritis.
Este estudio, llevado a cabo por investigadores de Toronto, se trabajó con 306 pacientes con artritis psoriásica y 135 con psoriasis. Los pacientes tuvieron que realizar un cuestionario con distintas preguntas sobre sus síntomas de depresión y ansiedad. Los cuestionarios demostraron que un 37% de los participantes con artritis psoriásica tenía ansiedad, y un 22% depresión. Los resultados en pacientes con psoriasis revelaron que un 24% de ellos tenían ansiedad y el otro 10% tenían depresión.
Otro estudio llevado a cabo en NYU en 2015 indicó que casi un 17% de las personas con psoriasis encajan con el criterio de una persona que puede ser potencialmente diagnosticada con depresión severa. Las causas de la depresión en personas con psoriasis no están del todo claras, pero los investigadores creen que está relacionado con muchos factores, entre los que se incluyen la medicación para tratar la psoriasis, las emociones negativas asociadas a la enfermedad, y el hecho de que la misma inflamación que causa la psoriasis puede causar depresión.
Si comienzas a experimentar síntomas de depresión, debes consultar a tu doctor cuanto antes. Probablemente, te referirán a un psiquiatra, psicólogo o ambos. El tratamiento para la depresión y la psoriasis debería enfocarse de manera holística, centrándose en la parte física, mental y emocional. Además, debes adherirte siempre a tu medicación de manera estricta, ya que prevendrá que la condición empeore, y con ello se reducirán los sentimientos de ansiedad sobre tu psoriasis.
7. Enfermedad cardiovascular
Varios estudios recientes sugieren que las personas que viven con psoriasis tienen un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular. Un estudio concluyó que las personas con psoriasis tienen el triple de posibilidades de tener un ataque al corazón que las personas sin esta condición.
La enfermedad cardiovascular, que también se conoce como enfermedad cardíaca, se refiere a varias afecciones que se relacionan con el sistema cardiovascular (corazón y todos los vasos sanguíneos). Las personas con psoriasis corren un mayor riesgo de desarrollar enfermedad arterial coronaria, enfermedad arterial periférica, accidente cerebrovascular, hipertensión o un ritmo cardíaco irregular (arritmia).
Los investigadores aún intentan comprender por qué las personas con psoriasis tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca (y cuál es el vínculo exacto), pero se cree que el tipo de inflamación asociada con la psoriasis también está relacionado con el proceso de aterosclerosis (el estrechamiento de las arterias). Además, algunos medicamentos para la psoriasis (como la acitretina) pueden causar síntomas cardiovasculares, como hipertensión o niveles altos de colesterol.
Sin embargo, esto no es motivo de alarma, ya que el tratamiento efectivo de la psoriasis puede reducir enormemente el riesgo de tener un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular. Además, tu médico te ayudará a seleccionar el mejor tratamiento según tus necesidades. También puedes reducir los riesgos llevando un estilo de vida saludable para el corazón: mantener un peso saludable, realizar ejercicio, limitar los alimentos poco saludables y realizar regularmente controles de presión arterial y azúcar en sangre.
Cuidado integral
A medida que aumentan los estudios sobre los vínculos entre la psoriasis y otras condiciones de salud, los expertos en este campo intentan conseguir que la atención a personas con psoriasis sea cada día más completa. El Dr. Gary Goldenberg, profesor asistente en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai en Nueva York, dice:
“Es hora de dejar de ver la psoriasis como una enfermedad de la piel. Es una enfermedad sistémica como cualquier otra.”
Si tienes psoriasis, asegúrate de realizar chequeos regulares y consultar a un médico si notas algún síntoma inusual. No tengas miedo de ser abierto y honesto con tu médico sobre tus preocupaciones. Siempre habrá maneras de mitigar los riesgos de desarrollar comorbilidades, y tu médico es quien mejor puede ayudarte a idear un plan de tratamiento personalizado que beneficiará tu salud general.
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