Teniendo en cuenta el gran impacto tanto social como económico que supone la depresión en España y a nivel mundial, debemos comenzar a tomar medidas para evitar que el número de casos continúe aumentando. Si bien es cierto que estas medidas pueden ser planteadas por organizaciones como la OMS o por los propios gobiernos de cada país, nosotros mismos jugamos un papel muy importante a la hora de trabajar en nuestro propio bienestar. Por ello, José Ramón García, autor del blog Quiérete Mil Veces Más, nos propone una serie de medidas que te ayudarán a prevenir la depresión, cuidar tu autoestima, quererte más, y sobre todo, ser feliz. Citando sus propias palabras - “A lo largo de la vida vamos acumulando experiencias, unas veces agradables y otras menos, que van marcando y desarrollando nuestra personalidad. Además, con la perspectiva de los años encontramos el sentido a muchas de las cosas que han ocurrido en nuestra vida y que en aquel momento no comprendíamos” - el objetivo al fin y al cabo es tener las herramientas necesarias para afrontar todo lo que se nos vaya poniendo por delante de la manera más sana posible. ¡Gracias José Ramón por tus palabras y por haber decidido compartirlas con nosotros!
Una colaboración de José Ramón García
Los datos de la depresión
A pesar de que la depresión es considerada por la Organización Mundial de la Salud como la primera causa de discapacidad, de hecho, ya la padecen unos 350 millones de personas en el mundo, entre un 11% y un 15% de la población dependiendo del país, sin embargo, es una de esas enfermedades de las que sólo nos preocupamos cuando la padecemos, y ese momento, en la mayoría de las ocasiones, ya es tarde para salir por nuestra cuenta y medios.
“De manera similar ocurre si no nos preocupamos por revisar periódicamente el motor de nuestro vehículo: nivel de aceite, líquido refrigerante, bornes de la batería, etc., y pensamos en ello cuando tiene una avería.”
El momento de la prevención
Efectivamente, el momento en que padecemos una depresión no es el más adecuado para poder pensar de forma útil y constructiva un plan de salida o una estrategia de choque para contrarrestar los efectos de la enfermedad, dado que nuestra herramienta maestra para el caso, nuestra mente, es la principal afectada. De manera similar ocurre si no nos preocupamos por revisar periódicamente el motor de nuestro vehículo: nivel de aceite, líquido refrigerante, bornes de la batería, etc., y pensamos en ello cuando tiene una avería.
En ese punto en que comenzamos a sentir los síntomas o cuando nos damos cuenta y ya estamos inmersos en una depresión, lo más sensato es no dejar pasar el tiempo y acudir al médico, que diagnosticará lo que nos pasa y propondrá un tratamiento.
Síntomas de la depresión
Aprovecho para recodar los principales síntomas de una depresión, y no necesariamente en este orden:
- Baja autoestima
- Tristeza
- Ansiedad
- Sentimientos de culpa
- Falta de placer
- Falta de apetito
- Problemas para conciliar el sueño
- Pérdida de interés por las cosas y las personas
- Falta de concentración
- Desgana
El elemento preventivo
De todos los síntomas anteriores en mi opinión la baja autoestima es el elemento coadyuvante en la existencia de los otros. De hecho, es muy probable que una persona con una buena autoestima no tenga problemas de falta de apetito, sueño, placer, interés concentración, etc. Lo que no se puede decir, o al menos con tanta certeza, de los otros. Cuando nuestra autoestima es baja, nuestra capacidad de enfrentar las adversidades de la vida es también baja.
Así pues, creo que pensar y cuidar cada persona su nivel de autoestima es un factor importante de prevención de la depresión, pues nos sensibilizamos ante la aparición de determinados sentimientos y percepciones y tendemos a autorregularnos.
“Si atendemos a sus raíces del griego y latín, autoestima se entiende como la valoración o el aprecio hacia sí mismo.”
La autoestima
Si atendemos a sus raíces del griego y latín, autoestima se entiende como la valoración o el aprecio hacia sí mismo. El psicoterapeuta canadiense Nathaniel Branden, la define como la reputación que adquirimos de nosotros mismos. En términos generales podríamos decir que la autoestima es la valoración o percepción de tipo evaluativa que hacemos de nosotros mismos sobre la base de la confianza, respeto, emociones, sensaciones, pensamientos, sentimientos y experiencias adquiridas a lo largo de nuestra vida.
Características de las personas con baja autoestima
La baja autoestima se manifiesta cuando la persona experimenta sentimientos internos negativos, en forma de enfado y descontento, pudiendo derivar en una depresión. Tal sensación la podemos observar en forma de repentinos cambios de estado de ánimo, hipersensibilidad, ansiedad, odio a nosotros mismos, sentimiento de culpa, irritabilidad…
“Las personas con baja autoestima son personas muy sensibles e influenciables, con pobre personalidad...”
Las personas con baja autoestima son personas muy sensibles e influenciables, con pobre personalidad; pueden dar su opinión, pero sin defenderla, no se valoran, son propensas al apego, tienden a compararse con los demás, no confían en sus capacidades y sienten una gran inseguridad y desconfianza en sí mismas, por lo que es usual que tengan miedo al fracaso llegando incluso a bloquearse. Tienden a ver el vaso medio vacío, y dado que no tienen confianza en sí mismas y no ven las posibles soluciones o alternativas sino los problemas, tienen predisposición al fracaso.
¿De qué modo podemos mejorar la autoestima?
Siendo que la autoestima implica un conocimiento profundo de uno mismo y de las propias capacidades, basado en el respeto, aprecio y aceptación de la propia persona, la base para la mejora de la autoestima radica en un mayor conocimiento y mejor gestión de uno mismo. Como resumen, yo propondría 10 puntos de mejora:
- Quiérete más. Evitando caer en la vanidad, hemos de prestar más atención a nuestros méritos y capacidades, en lo que nos hace únicos o especiales, en lo que destacamos. Siéntete orgulloso de lo que has conseguido en la vida fruto de tu esfuerzo.
- Evita compararte con otras personas. No hay dos personas iguales, ni su vida, ni circunstancias, ni entorno… es igual. Cada persona es única y singular. Tendemos a pensar que los demás son mejores que nosotros o que no llegamos a la altura de los demás, pero eso es tan solo una apreciación subjetiva, cada persona tiene sus cosas buenas y menos buenas, pero son únicas e incomparables.
- Asume que eres el responsable de todo lo que te sucede. ¡Ojo, no digo culpable, sino responsable! De una manera u otra, las cosas que te suceden son consecuencia de tus acciones, responsabilízate de ellas, no mires para otro lado, toma las riendas de tu vida y no dejes que otros decidan por ti.
- Acéptate tal como eres. Acepta la realidad, se consciente de cómo eres, con tus virtudes y defectos, pero siempre con la intención de mejorar.
- Evita la perfección. La vida y las personas somos imperfectas, por lo tanto, susceptibles de mejorar. Tratar de buscar la perfección será frustrante y no es realista, en lugar de lo perfecto busca lo práctico.
- Establece metas alcanzables. Al hilo del punto anterior, se realista a la hora de ponerte metas, evita lo que se sale de tu alcance y ponte metas que puedas conseguir.
- No tengas sentimiento de culpa. Crécete en la adversidad y evita sentirte culpable por las circunstancias negativas o dificultades que se te presenten en la vida. Sálvalas de la mejor manera que sepas y enfócate en el disfrute de cada instante de felicidad. Churchill decía: «De cada 10 amenazas, 9 no se cumplen».
- Evita las quejas y las lamentaciones. Quejarse o lamentarse por lo que ha sido y no pudo ser es una pérdida de tiempo y no te conduce a ningún lugar. Acepta las cosas tal cual suceden y busca la oportunidad que conlleva cada una de ellas. Recuerda Dificultad = Oportunidad.
- No te pongas límites. Evita las creencias limitantes. Ante una circunstancia o una oportunidad razonable, no digas que no puedes sin al menos haberlo intentarlo.
- Cuida lo que te dices. Elimina de tu vocabulario expresiones negativas y limitantes como “no puedo” o “es imposible” y modifícalas por otras más positivas como “podré si lo intento”, “lo intentaré”, “con un poco de esfuerzo lo conseguiré”, “si quiero puedo”, “yo solo lo he conseguido”, “cada día me sale un poquito mejor”. Eso sí, no exageres, ni te engañes.
De nuevo, agradecer a José Ramón el haber decidido colaborar con el blog de MyTherapy y compartir sus conocimientos sobre sobre cómo prevenir la depresión y sobre la importancia de cuidar de tu autoestima. Si quieres contarnos tu historia para que la publiquemos en el blog de MyTherapy, no dudes en contactar con Clara.
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