Yoli, una de nuestras Top Bloggers de la EII fue diagnosticada de Colitis ulcerosa a los 17 años. Tras un tiempo experimentando dolor abdominal y problemas de estómago, Yoli tuvo que enfrentarse a varias pruebas médicas que acabaron en el diagnóstico de Colitis ulcerosa, una enfermedad totalmente desconocida para ella, como para la mayoría de personas, que traería consigo muchas más consecuencias de las esperadas.
A través de su blog, Mi Vida con EII, trata de dar visibilidad a la Enfermedad Inflamatoria Intestinal con humor y positividad, la cual, hoy en día, sigue siendo un tema tabú y poco conocido. Después de 3 años de recuperación y miedo a viajar o salir de casa por tener un brote inesperado, Yoli ha logrado encontrar la fortaleza y la tranquilidad que necesitaba, además de recuperar su salud para poder viajar y disfrutar de unas vacaciones en Madrid. Conoce sus miedos, inquietudes y sus ganas por encima de todo. Prepárate con el Check-list que hemos elaborado y... ¡a disfrutar de las vacaciones!
Una publicación de nuestra bloguera invitada Yoli.
Llevo 3 años con mi Colitis ulcerosa, y por fin, después de mucho tiempo, me fui de vacaciones. Mi destino, Madrid.
Pues bien.. Lo primero, ilusión. Lo segundo nerviosismo. Pero al fin y al cabo... EMOCIÓN.
Emoción porque después de 3 años sin salir de mi ciudad prácticamente, por fin me sentí preparada para salir a conocer sitios nuevos.
“Por fuera todo el mundo me veía bien, pero por dentro estaba acojonada perdida. Un lugar nuevo, sitios nuevos...”
Aunque estaba nerviosa por ir a un sitio que no conocía, también tenía muchas ganas de ver a mi hermano, así que, con mi mejor amiga y maletas en mano, nos fuimos hacia el aeropuerto. Lo estaba haciendo, iba a salir por fin.
Por fuera todo el mundo me veía bien, pero por dentro estaba acojonada perdida. Un lugar nuevo, sitios nuevos...
A pesar de que yo estoy como una rosa (toco madera para que siga así) y hago vida normal, se me pasó por la cabeza el hecho de: “Como tenga que ir al baño así en medio de la nada, la cagamos” y si, va con doble sentido.
En mi ciudad ya sé a dónde puedo ir en caso de una urgencia, pero en Madrid... Ay pobre de mí. Pues no chicos, en Madrid también hay gente con EII y si ellos hacen vida normal, por qué yo no voy a poder pasar mis vacaciones como Dios manda.
Echo la vista atrás y sinceramente en la situación psicológica en la que me encontraba, ni de coña pensé que un año después estaría viajando.
Pero vamos, ni de coña.
“Echo la vista atrás y sinceramente en la situación psicológica en la que me encontraba, ni de coña pensé que un año después estaría viajando.
Pero vamos, ni de coña.”
El primer día llegamos a las 00:00 al Aeropuerto de Barajas, muertas de hambre nos fuimos con mi hermano y su compañero de piso a cenar por ahí. Todo a mi alrededor era nuevo, y mi barriga empezaba a notar mis nervios.
Una vez cenamos, nos fuimos a Chueca, ya que al día siguiente empezaba el World Pride y ya había ambientillo. Inconscientemente, por cualquier calle por la que pasábamos buscaba un baño por si las moscas.
MAL. FATAL.
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Eso es una manía muy mala, porque el hecho de que empieces a buscar un baño hace que te anticipes a todo. Así que, me centré, le dije a mi cabeza que se callase de una vez y ahí, empecé a disfrutar de lo que tenía a mi alrededor.
Al día siguiente estaba un poco de bajón, porque aunque no quisiera, fueron 3 años sin salir de mi entorno, y se me hacía muy raro no estar en casa. Se lo dije a mi mejor amiga y me animó un montón, Y así fue, que al final del viaje no quería irme.
“Nuestra cabeza es nuestra mayor enemiga, la que nos pone límites que en realidad no existen.”
Fui a todos los sitios que quise, me recorrí medio Madrid andando y el otro en metro. Fui a conciertos, al parque de atracciones, vi las carrozas del orgullo… En definitiva, lo disfruté al máximo.
Nuestra cabeza es nuestra mayor enemiga, la que nos pone límites que en realidad no existen. Así que, mi consejo es, si queréis hacer algo, hacedlo. No permitáis que esto os haga perder cosas tan bonitas como ir a ver una puesta de Sol, sólo por sí os entran ganas de ir al baño.
¡Gracias por compartir tu historia con nosotros y demostrar a todos aquellos con miedo o inseguridades a la hora de viajar, que con ganas y preparación, es posible!
