Más de 300 millones de personas viven con depresión en el mundo, lo que supone un incremento de más del 18% entre 2005 y 2015. Todos conocemos a alguien que tiene o que ha tenido depresión en algún momento de su vida. Sin embargo, son muchas las personas que no saben cuál es la mejor manera de ayudar o apoyar a sus seres queridos, como una pareja, miembros de la familia o amigos durante un momento complicado como este. Uwe Hauck ha vivido con depresión durante algunos años y, por lo tanto, sabe cómo los amigos y la familia pueden ayudar a los afectados. Atento a estos 10 consejos importantes que Uwe ha recopilado para nosotros.
Estoy deprimido. ¿Cuántas veces habré pronunciado esta frase? Frase que siempre viene seguida por una serie de preguntas de amigos, familiares o compañeros: ¿Qué puedo hacer?, ¿cómo puedo ayudar? Si conoces a alguien que tiene depresión o está pasando por una fase depresiva, incluso si es una persona muy cercana a ti a la que quieres, debes esforzarte en no asumir la responsabilidad de su sufrimiento ni de su curación.
Como mi terapeuta le dice siempre a mi esposa: No es tu enfermedad, es la suya. Evidentemente, el tener a una persona tan cercana a ti durante la enfermedad es un gran apoyo. Pero nadie excepto la persona en cuestión es capaz de cambiar y superar la depresión. Entonces, ¿qué consejos le daría tanto a familiares como amigos para apoyar a un ser querido con depresión?
1. Acepta que a tu ser querido no le va bien
Cuántas veces he escuchado frases como: “Eso no es tan malo”, “Esto o aquello es mucho peor”, “Pero si lo tienes todo”.
Tienes razón, es posible que todo eso sea cierto, pero es poco o nada útil para una persona profundamente deprimida. Realmente, las frases de este tipo solo empeoran las cosas, porque pueden motivar los sentimientos de culpa y de responsabilidad, haciendo que la persona se sienta aún más deprimida. Por ello, lo más importante es la aceptación de la enfermedad. Reconocer que la persona está enferma y que necesita ayuda.
2. Anima a tu ser querido a buscar ayuda
Un punto difícil pero importante. Especialmente, si la persona lleva deprimida más de 2 semanas, es bueno que lo animen a visitar al médico. Esto no significa que tenga que acudir a un terapeuta o psicólogo directamente, muchos médicos de atención primaria tienen la capacidad más que de sobra de hacer las indicaciones básicas y derivar a la persona a los especialistas apropiados. Una vez se lleve a cabo este paso, la probabilidad de que la persona acepte ayuda será mucho mayor.
3. No te tomes el rechazo como algo personal
En fases de depresión, la persona puede tender a retirarse, no querer ver a nadie o simplemente no hacer nada. Por favor, no interpretes esto como un ataque personal. La depresión mantiene a las personas en una fase oscura de la que no tienen ningún control, a menudo incluso las actividades más pequeñas se convierten en una carga difícil de llevar a cabo. Además, suelen aparecer sentimientos de culpa por el hecho de no trabajar, o por la falta de comprensión del entorno. Sin embargo, este retiro no es nada en tu contra y la persona en cuestión debe darse cuenta de que este comportamiento solamente es perjudicial. Es la enfermedad, no la persona. Igual que una persona no puede hacer deporte con una pierna fracturada, una persona con el corazón roto no puede vivir su vida de manera normal.
4. Deja los buenos consejos y ayuda
Deja de dar consejos como “Sal a dar un paseo” o “Tómate algo rico”. Lógicamente me encantaría tener la motivación de hacer todo esto cuando estoy deprimido, pero desafortunadamente sé que tendría ganas y no funcionaría. Y si me esfuerzo por hacer algo de lo que me aconsejan, no suele salir como me gustaría y me hace sentir aún peor. Lo que realmente ayuda a una persona deprimida es demostrarle que estás dispuesto a ayudar siempre que lo necesite, pero sin presionar. Si la persona en cuestión acepta tu oferta y ayuda es importante que cumplas con tu promesa, de lo contrario, estarás alentando su sentimiento de que no valen nada.
Si realmente te sientes capaz de ayudar sin juzgar, sin pretender saber qué es estar en el agujero de la depresión y hundido, entonces, puedes convertirte en un gran pilar de apoyo en la lucha contra la enfermedad.
5. Tómate en serio los pensamientos suicidas
“Pero si eso no lo haría jamás”, es una frase que he escuchado en más de una ocasión en conversaciones sobre alguien con depresión que en alguna ocasión ha amenazado con suicidarse o ha mencionado el tema del suicidio.
Desafortunadamente, puede ocurrir. Cualquier frase o conversación que tome la dirección de “No puedo más, sería mejor si no estuviera aquí” SIEMPRE tienes que tomártela en serio. Es importante buscar la conversación con la persona involucrada, pues el hecho de hablar del tema suele debilitar la idea y en caso de creer que va a ir a más, debes acudir a un especialista, ya sea un doctor o un psicólogo. Esta situación no puede superarla una persona sola, por si misma.
En una ocasión, la policía local se presentó en mi casa cuando estaba en terapia, ¿por qué? Porque había tuiteado Un doctor, un psicólogo. Solo, esta situación no se puede superar. Fui visitado por policías en mi hogar dos veces durante el tiempo de mi curación. ¿Por qué? Porque había twitteado en Twitter tan oscuro, tan mortal, que mis seguidores se preocuparon por mí y alertaron a la policía local. Uno preferiría buscar ayuda aquí con demasiada frecuencia para salvar una vida que desechar el peligro con: “Eso ciertamente no importa”. Pero no se asuste. No todas las personas deprimidas son suicidas. Una oreja abierta no duele.
6. Investiga más allá de los libros de texto
Mi esposa me dijo que los libros que más útiles le resultaron fueron las autobiografías de personas que habían tenido depresión. Gracias a estos libros, fue posible para ella descubrir qué es lo que pasa por la cabeza de una persona deprimida. Debido a los prejuicios que aún existen sobre la psiquiatría, la depresión e incluso los intentos de suicidio, hay un miedo generalizado por parte de los pacientes a enfrentarse a ir a una clínica. Pero lo cierto es que estas clínicas pueden ser de gran ayuda, y, sobre todo, no se parecen en nada a la imagen clásica que tenemos del típico manicomio. Sé inteligente y atrévete a recomendar a la persona afectada que acuda a un centro de rehabilitación. De esta manera, el obstáculo de enfrentarse al tratamiento será menor y más fácil de sobrellevar.
7. Apoya el estudio profesional de la medicación
Soy afín a las tecnologías y es por este motivo por lo que estoy encantado de escribir para MyTherapy, ya que esta aplicación no es simplemente un recordatorio de medicamentos, sino que además me permite registrar mis estados de ánimo. Especialmente durante el tratamiento y la fase de recuperación, la monitorización de medicamentos y el control de los estados de ánimo es muy importante. En caso de que la persona en cuestión no sea especialmente afín a la tecnología, existen otro tipo de recordatorios y métodos que ayudan a cumplir con el tratamiento prescrito y controlar los estados de ánimo. Es importante seguir el tratamiento al pie de la letra, pues el simple hecho de saltarse una toma puede empeorar la enfermedad. No asumas una responsabilidad que no puedas mantener a largo plazo, incluso si te dan todo tipo de consejos sobre tratamientos alternativos o distintos métodos, deja que sea el doctor quien decida, pues es un profesional quien tiene la capacidad de hacer un diagnóstico. De lo contrario, el diagnóstico erróneo puede ser muy perjudicial para la persona afectada. Aunque exista una tendencia creciente a desconfiar de la medicina tradicional, estamos hablando de una enfermedad que amenaza la vida de quien la padece. El diagnóstico correcto, así como la medicación correcta son fundamentales, y cumplir con el tratamiento lo es también. Los experimentos están fuera de lugar cuando se trata de una enfermedad como la depresión.
8. No tengas miedo de la enfermedad
No, no me refiero al miedo a contagiarte. Eso es imposible, la depresión no se contagia. Hablo del miedo de muchas personas de que una persona con depresión sea peligrosa. A excepción de las fases muy oscuras que a menudo han sido provocadas por prejuicios o malentendidos, una persona no supone una amenaza para ti, si no para sí misma. Pensando en mi propio caso, yo seguía siendo el mismo Uwe, el que todo el mundo conocía, solo que con un estado de ánimo triste. Siempre lo he dicho: tengo depresión, no soy depresión.
9. No creas todo lo que se escribe en la prensa sensacionalista
Un escándalo, el accidente aéreo del avión de la aerolínea alemana Wings. Los medios de comunicación son rápidos a la hora de mencionar el diagnóstico de "mentalmente perturbado" a la primera de cambio. Los estudios han demostrado que en la mayoría de los casos en los que se rumoreaba que la enfermedad mental era la causa del accidente, no lo era realmente en la mayoría de los casos. Pero por culpa un artículo tan estúpido, una noticia en la televisión contando una verdad a medias, puede aumentar el miedo de todas las personas con problemas mentales a ser estigmatizadas, y esto puede llegar a suponer un obstáculo a la hora de buscar ayuda. Los pacientes con enfermedades mentales no son peligrosos per se, pero son muy parecidos a los casos que se presentan en los medios. Para mí, mi intento de suicidio significaba ayudar a la gente que me rodeaba, quitándoles la carga de tener que lidiar conmigo. Si ellos me hubieran permitido hablar más abiertamente de mi depresión, dudo que hubiera llegado tan lejos. El estigma puede ser mortal.
10. Para el final, el consejo más importante: Como mi terapeuta dice, cuídate
“Es tu enfermedad, no eres tú". Acabar con tu propia vida, no se sienten solos responsable de la enfermedad. Cuando es demasiado, no es necesario buscar ayuda de profesionales como médicos o terapeutas. Como pariente, puede entrar rápidamente en una vorágine en la que tiene que moverse de la enfermedad de su pareja o parientes se mete en un remolino. Tu propia salud es importante. Ella no debe sufrir.
¡Muchísimas gracias a Uwe por decidir compartir su historia con nosotros!
Si quieres contarnos tu historia para que la publiquemos en el blog de MyTherapy, no dudes en contactar con Clara.
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