De acuerdo a los datos estadísticos más recientes, publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2015, el 90% de los pacientes pediátricos con VIH se encuentran en África Sub-sahariana. Para los adultos, la estadística no es mucho más favorable, ya que un 65% de los casos de VIH en el mundo se concentran en esta región.
Sin embargo, aún cuando la prevalencia del VIH parece abrumadora, hay una gran lección que podemos aprender de los pacientes con SIDA en África Sub-sahariana: su alto porcentaje de adherencia al tratamiento anti-retroviral. Según un estudio publicado en colaboración con la Universidad de Medicina de Harvard, el porcentaje de adherencia al tratamiento del VIH en África Sub-sahariana rebasa en la mayoría de los casos el 90%. No obstante, debido a sus escasos ingresos, los pacientes se ven obligados a caminar grandes distancias hasta las clínicas, pedir dinero prestado e incluso a tomar decisiones que nos parecerían imposibles como tener que elegir entre comer y comprar el medicamento antiretroviral.
Un ejemplo de esta adherencia es la investigación publicada en PLOS Medicine en 2006 que cuenta la historia de John, un granjero de Uganda que sin contar con reloj, recordatorio o alarma de ningún tipo lograba tomar un poco más del 90% de sus medicamentos diariamente. Su sistema consistía en escuchar atentamente las estaciones de radio local y utilizar su programación como un si fuese una alarma. A pesar de ser una gran historia de superación personal y deseos de mejorar, cabe mencionar que por encima de su compromiso y disciplina, John comprendía la importancia de tomar sus medicamentos lo más puntual y estrictamente posible.
Tratamiento contra el VIH: Los tiempos cambian
Cuando el VIH fue descubierto, en la década de los 80’s, un diagnóstico positivo suponía una sentencia de muerte. Hasta el día de hoy, el VIH es responsable por la muerte de más de 39 millones de personas. Sin embargo, gracias a los grandes esfuerzos de la comunidad científica y a las muchas innovaciones tecnológicas en materia de salud, el SIDA se ha vuelto una enfermedad crónica y no necesariamente mortal.
De hecho, el programa de las Naciones Unidas por la lucha contra el VIH-SIDA, ONUSIDA tiene como uno de sus objetivos para el año 2020 que el 90% de las personas que actualmente reciben tratamiento anti-retroviral tengan una supresión viral efectiva. De lograrlo, el programa 90-90-90 del que dicho objetivo es parte podría significar un enorme avance en los esfuerzos por terminar la fase epidémica del SIDA.
He aquí 5 innovaciones que en conjunto con los programas oficiales como el propuesto por ONUSIDA están cambiando el futuro del VIH y el SIDA.
1. mHealth: Información en la punta de tus dedos
mHealth es un concepto cada vez más presente en la práctica médica. Sin embargo, son los pacientes y la población en general quienes más se benefician de esta modalidad. La mHealth o salud móvil es el uso de nuestros teléfonos móviles en beneficio de la salud. Esto puede ser para compartir información, organizar grupos de apoyo o con aplicaciones que nos ayuden a controlar y monitorear el progreso de nuestra terapia.
Un ejemplo de cómo puede usarse la mHealth, es el programa “Mwana”, que se ha llevado a cabo en Zambia en colaboración con el Ministerio de Salud de Zambia (MoH) y la fracción local de UNICEF. Uno de los componentes de Mwana es la plataforma de RapidSMS que tiene como objetivo enviar diagnósticos de VIH via mensaje de texto para evitar la demora en la transmisión de la información.
Antes de RapidSMS, el personal de la clínica rural Nameebo, localizada al sur de Zambia, requería de aproximadamente 66 días para entregar los resultados de las pruebas de verificación de VIH. A partir de 2010 que el programa Mwana fue implementado, este tiempo se ha reducido a tan solo 14 días.
2. TeleSalud: Mucho más que tu médico a distancia
Comúnmente, se entiende que telesalud es el acceso remoto a una consulta médica mediante el uso de la tecnología. Pero las posibilidades a las que se tienen alcance son cada vez más amplias, desde inteligencia artificial que ayuda a diagnosticar pacientes en clínicas muy concurridas hasta la educación continua de alta calidad para médicos en áreas rurales y alejadas.
Desde 2017, por ejemplo, médicos y enfermeras en Namibia se conectan virtualmente con expertos en Estados Unidos para recibir un entrenamiento semanal que les prepara para dar un mejor cuidado y atención a los pacientes con VIH y SIDA de su comunidad.
A pesar de que en estos talleres no se discuten casos específicos o se sugieren diagnósticos a los profesionales de la salud en Namibia, la información compartida es de gran utilidad. Sobre todo, para los médicos y enfermeras en áreas con mayor escasez de recursos que a su vez carecen del acceso a la información más actualizada. Esta iniciativa se lleva a cabo con los fondos del Plan de Emergencia para el Alivio del SIDA (PEPFAR).
3. Apps innovadoras que luchan contra el VIH
Según las estadísticas publicadas por las Naciones Unidas en 2016, para ese entonces, el 47% de la población del planeta utilizaba internet. Es por ello que ONUSIDA ha alentado en los últimos años al sector tecnológico para que participe cada vez más activamente en la lucha contra el VIH y el SIDA.
Aun así, la buena noticia es que ya existe un sinnúmero de aplicaciones en español que ofrecen una amplia gama de servicios que ayudan diariamente a quienes tienen ya un diagnóstico positivo o se consideran como una población en riesgo de ser infectado con VIH.
La ventaja de este nicho de la mHealth es que cubre muchas áreas de oportunidad que van desde un manejo clásico de medicamentos y citas médicas hasta la posibilidad de entrenar con un asistente virtual cómo comunicar a la pareja un diagnóstico positivo y lo que ello conlleva. Algunas de estas apps incluyen:
- Sal de dudas — Con un estilo irónico y desenfadado, sal de dudas es una app informativa que busca crear conciencia “seas positivo, negativo o simplemente precavido”. Contiene videos con actores amateur, juegos, noticias y un geo-localizador que permite a los usuarios encontrar el centro más cercano para realizarse la prueba rápida de VIH.
- Vertical/Horitzontal — Dentro de la población catalana adolescente, hay más preguntas que respuestas cuando se trata de VIH, además de un alto grado de estigma social. Para combatir estos problemas, la productora Factual Films desarrolló esta app documental que sirve como herramienta adicional en el aula para complementar el currículo de educación sexual. La experiencia inicia con una serie de preguntas lanzadas al usuario. En cuanto este escoge aquella que le da más curiosidad, la app le muestra un video documental con la respuesta y así sucesivamente.
- VIH/SIDA Cruz Roja Española — App informativa que ofrece artículos de interés no sólo para quienes ya son afectados por el VIH, sino también para sus familiares o poblaciones en riesgo. Además, cuenta con un geo-calizador de clínicas de atención en España para realizarse la prueba rápida.
- HIV RISK Calculator — Mediante una serie de preguntas, esta app busca informar a sus usuarios acerca del riesgo que corren de ser infectados con VIH dependiendo de su particular estilo de vida. Además, provee consejos de prácticas seguras. No obstante, es importante no confundir los resultados de la app con el riesgo real de contraer VIH puesto que frecuentemente los usuarios no responden el cuestionario con toda honestidad.
- Care4Today — Diseñada para administrar tratamientos y metas de salud y bienestar para lograr una mayor adherencia a la terapia médica. El objetivo principal de Care4Today es lograr que el paciente tenga un rol más activo en el cuidado de su salud contribuyendo así a la mejora personal y a la eliminación de estigma relacionado con el VIH.
4. Nuevas formas de realizar la prueba de VIH
Cada vez es más sencillo realizar una prueba de VIH que de manera rápida puede dar un diagnóstico. Tradicionalmente, esta se realiza en cualquier clínica local. Sin embargo, investigadores en la Universidad de Columbia liderados por el profesor Samuel K. Sia desarrollaron un dispositivo que al conectarse con un Smartphone puede proporcionar un diagnóstico de VIH o sífilis con tan solo un par de gotas de sangre.
Dicho dispositivo procesa y comunica la información al usuario a través de una aplicación instalada en el móvil. De esta manera, los pacientes pueden conocer su estatus de manera rápida y discreta. Las primeras pruebas de este método de diagnóstico se llevaron a cabo en Rwanda, donde el equipo de investigación lo comparó con las pruebas rápidas realizadas en la clínica.
Como conclusión, se obtuvieron resultados que determinan que es posible utilizar el método de diagnóstico de VIH desarrollado por la Universidad de Columbia para tomar decisiones clínicas.
Por otro lado, en años recientes, las pruebas caseras de detección de VIH han adquirido popularidad alrededor del mundo. Sin embargo, es importante recordar que a pesar de que la sensibilidad y confiabilidad de las pruebas caseras de VIH es alta, una prueba de confirmación en una clínica además de una adecuada red de soporte emocional serán siempre necesarios. Es por ello que la prueba rápida de detección del VIH en clínicas locales sigue siendo la mejor opción para un diagnóstico certero.
5. Fármacos de prevención de VIH
En 1984, un par de químicos checos descubrieron uno de los compuestos activos que hoy en día forman los medicamentos profilácticos previos a la exposición o PrEP por sus siglas en inglés. Dichos fármacos se toman normalmente dos veces al día de forma indefinida para prevenir el riesgo de infección con VIH cuando hay una conducta que se considera riesgosa, como interacción sexual con más de una persona.
Un estudio realizado en 2017 en San Francisco examina de cerca la vida de 657 hombres que toman Truvada, nombre comercial para los PrEP, de manera regular por al menos 2 años y medio. Al final de la investigación, ninguno de ellos había sido infectado con VIH. Pero a pesar de tan sorprendente efectividad, los PrEp siguen siendo una opción lejana para muchos dado que el precio de la terapia es sumamente alto y su efectividad contra el VIH depende del nivel de adherencia del paciente.
El futuro del VIH
Desde 1987, 30 diseños de vacunas contra el VIH han ascendido a la fase de estudio clínico. Hasta el día de hoy, ninguno de esos diseños ha sido probado como efectivo. ¿Porqué? Además del fracaso, todos estos diseños tienen algo más en común: se centran en la variabilidad del VIH y no en la reacción del paciente.
En 2016, un grupo de científicos de la Universidad de Duke, liderados por Barton Haynes realizaron una profunda investigación que cambió radicalmente la forma en que la comunidad científica pretende desarrollar una vacuna efectiva contra el VIH.
Cuando una persona es infectada con VIH, el sistema inmunológico despliega un ejército de células que busca contrarrestar al enemigo. Sin embargo, éstas células, llamadas “células B” se dedican entonces a crear anticuerpos que puedan identificar y destruir al VIH. El problema, es que el VIH muta mucho más rápido que nuestros anticuerpos, haciendo que éstos se vuelvan rápidamente obsoletos.
Algunos pacientes, en contraste, son capaces de desarrollar una especie de súper anticuerpos que son efectivos contra un espectro muy amplio de mutaciones del VIH. Lo malo, es que estos anticuerpos no alcanzan su madurez sino hasta 5 o 6 años después de que el paciente ha sido infectado con VIH. Se cree que de ser insertados antes, la progresión del VIH y la consecuente muerte del paciente podrían ser evitadas.
La estrategia de Duke y el resto de los investigadores ha sido, por lo tanto, analizar la evolución de estos pacientes extraordinarios y la relación que sus súper anticuerpos tienen con el VIH. Esto es importante porque podría demostrar que de conocer más a profundidad el mecanismo de defensa del cuerpo humano contra el VIH, quizá sea posible diseñar una vacuna que ésta vez sí sea efectiva y además pueda ser integrada como parte de una estrategia preventiva y no reactiva contra el VIH.
Mientras tanto, la educación y la adherencia a los medicamentos son nuestras armas más poderosas en la lucha contra el VIH y el SIDA. ONUSIDA cree que podemos ganar la batalla, ¿y tú?
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